Duele.
Pensaba poner una foto suya, hacer el pequeño homenaje que el año pasado no pude. Pero aún no puedo, no puedo ver sus fotos sin llorar, a veces un llanto sonriente, estúpido porque es un llanto que esconde la verdad, la estúpida e increible verdad. Pero las lágrimas de estos últimos días no son sonrientes, no, son lágrimas de ira, de dolor, de incredulidad. Aún. Ya un año. Te añoro. Te quiero abrazar y besar y apretujar y no puedo. Me permito la utilización del plural: te echamos de menos, continuamente estás en nuestras conversaciones, en nuestros corazones en luto. Lita, te quiero.
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