En las aguas profundas que acunan las estrellas, blanca y cándida, Ofelia flota como un gran lirio, flota tan lentamente, recostada en sus velos... cuando tocan a muerte en el bosque lejano.
Se decía que si los dioses deseaban destruir a alguien, primero lo volvían loco. En realidad, cuando los dioses desean destruir a alguien lo primero que hacen es entregarle el equivalente de un cartucho grueso con una mecha encendida y "ACME, Fabricantes de Dinamita" escrito en un lateral. Es más interesante, y lleva menos tiempo.
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